Este sistema está diseñado exclusivamente para su uso en la Industria Azucarera. Su aplicación específica es el control continuo y automático de los condensados de recuperación que se utilizan para alimentar las calderas.
Asegura una respuesta instantánea ante la presencia de un arrastre, característica de suma importancia para la protección de las calderas. Esto se hace relevante cuando, por ejemplo, se produce la rotura de la calandria de un calentador de jugo; aquí, el arrastre será tan rápido y violento que resultará imposible evitar la contaminación sin la intervención del Detector Electrónico de Arrastres.